a mover el culo con mahoma
no entiendo cómo es posible que se tenga tiempo para leer noticias en estos tiempos. a veces me entra la tentación de leer las noticias bajo los influjos del ácido, buscarle su lado psicotropical a la interpretación del mundo que con tanto esmero una industria multimillonaria se esfuerza en imponernos. pero sobria, con los deshechos del cerebro que me tocó portar hasta estas alturas, ahí andas leyendo que las multitudes, celebrando la alegre ebriedad que produce el caos, se van a dar en la madre por unas caricaturas que ni siquiera vieron. dándose en la madre por símbolos, si para eso dar ser fanático pues que chingón por los borregos. cómo se puede leer, acá no tengo mucho seso para compartir. a mí lo que me llama la atención, y es una cosa que aún no leo en ningún artículo, es lo diferido de la respuesta. por las notas que han salido al parecer hay evidencia que líderes religiosos organizaron con antelación la oleade de protestas y todos nuestros medios no lo quieren hacer ver como la reacción espontánea de una sensibilidad religiosa herida. muy curioso. pareciera que el tema más que la intolerancia religiosa o la supuesta libertad de expresión, es la convenienza de separar la fe religiosa de los aparatos políticos. la manipulación de las emociones de la gente con fines políticos. pero eso centraría la discusión en los tres países fundamentalistas más peligrosos del planeta, israel, irán y los estados unidos. curiosamente en la india o dubai aún no se han reportado de grandes manifestaciones.
"hasta ese momento, el Señor, el Creador, el Hacedor Suprem, el Dios del Sinaí, no fija sus ojos en la estela de muertos y heridos que van dejando los automóviles. Y entonces murmura con un acento en el que quizá hay cierta melancolía fatigada:
- Sí... siempre que intervengo Yo ocurre algo semjante..."
Jardiel Poncela, La tourneé de Dios
"hasta ese momento, el Señor, el Creador, el Hacedor Suprem, el Dios del Sinaí, no fija sus ojos en la estela de muertos y heridos que van dejando los automóviles. Y entonces murmura con un acento en el que quizá hay cierta melancolía fatigada:
- Sí... siempre que intervengo Yo ocurre algo semjante..."
Jardiel Poncela, La tourneé de Dios